sábado, octubre 20, 2007

Cuanto más bieja más peyeja.


esta sañore de aqui arriva no in-teresa ni a los viejos por si ustedes dudavan de algo. ya puede presentar el purugrama ese del "canvio radical" que por mucho canvio que me hagan siré igual, sienpre siré asin i nunca canviaré.... i aquello de a quien le inpótta i atsetera atsetera...

aprobechando la sircunstansia que mi mujer duerme a la pota suelta tendida sobre el mátalas de mi aposento, que mi vés nieta no sé per bón para i que nastic bernat sulét anala meba avi tasió, e desidido de venir a la co-putadora para escrivirles este arti-cúlo; pues bien, yo les desia que las bujeres cuanto más biejas son más peyejas; mitin, porsifuerapoco no ablemos cuando ya tienen la firolera de nobemtayllócho tácos; no tácos de parnilet no, tácos que le voy disiendo desde que sale el solesito y hasta bien entrada la tarde, no hàntes de la ponida del sol. yo empieso con el de lagarta, ella ya asin de pirimeras y como el que no quiere la cosa me contresta con el de mussol de reguerot. i miren esto es solo el primsipio de una larga dis-puta familiar que dura aichi aichi como unas dies-i-séis horas més u meñs sin contar el canto del gay. para entonses para la cosa.


ondia, are s´acabe de fotra un pét com una glà. i sigue roncando la jodia de la ninya! pues bien, porsigamos en vós baja que la mui pèncas se puede enterar. cuando le llevo el carrillolaconpra me sale por peteteneras i me dise que es la siantica, que no puede i que lo lleve yo, no se hase carrec de mi astro-si. ustedes les aconsejo que no se casen de la bida porque lo pueden pasar de mui mal con una sancta siñora al seu custat, i no les digo nada si tienen la gran furtúna de piyar por cassolitat al espe-sémen que vai trobar al carré tapióles la pirmabera del anyo veimtenuebe el anyo de la primera lliga del nostra atimat Basalon, el anyo del catacrach de la volsa de Nueba Yóch i para más Henry, el anyo en que me casé con el dropo ese que ora mismito está romcant.

apa, ha diós i que les casque un pés espada a todos ustédes.

La fábula de la moneda de cien y el euro.


Érase una vez un par de moneditas que iban cogiditas de la mano, oigan, entiéndanme ustedes, eran amigas pero tampoco intimaban demasiado. Una moneda era más protagonista que la otra pues llevaba mucho tiempo circulando de mano en mano mientras la más novata en estas lides acababa de llegar. Frecuentaban peluquerias diferentes y empleaban un tinte para cabellos que era rubio para una y gris platino para la otra. Desde que se conocieron por circunstancias de la vida (y del mercado) siempre solian salir juntitas a pasear hasta el dia en que ambas decidieron separarse,pues una debia desaparecer en el anonimato porqué las autoridades del pueblo habian empezado a echarle mal de ojo. Se trataba de la rubia. Mientrastanto la monedita de cabello gris debia proseguir su andadura en solitario. La gente chismosa de la villa le daba el mismo valor a una que a otra, cuando realmente todos sabemos empezando por el sr. alcalde, que la gris tenia un valor bastante superior a la rubia. Esto confundió a cierta parte del populacho que empezaba a equipararlas sin reparar por ejemplo en el precio de un billete de autobús lo cual provocó un caos terrible entre los vecinos: la señora de pelo gris valia mucho más que la señora de pelo rubio, cuando a simple vista de verlas pasear juntas durante cierto tiempo parecian iguales. Pero ya sabemos que las apariencias a veces pueden engañar y que en este caso al igual que en otros muchos, lo que parecia una cosa acabó siendo otra... y los que veian el lado positivo de la historia terminaron convenciéndose de la realidad final de esta fábula. Con el paso del tiempo la entrañable amiga de pelo gris traeria muchos más problemas a los bolsillos de la gente.