- Hablo de hace más de dos décadas. Un viaje al Pallars Sobirà que se inició en Espot (sempre amb el Basalon) con la intención de atravesar el parque nacional por el Portarró, para llegar a la Vall de Boí y finalizar la excursión en uno de los pueblecitos más bonitos de estos lares, con su preciosa ermita y su famoso Pantocrátor, concretamente en Sant Climent de Taüll. Allí tan sólo encontraremos una réplica del auténtico, que se encuentra en el museo de arte de Catalunya. Repartimos la excursión en dos dias pernoctando en vivac, dada la imposibilidad de hacer dicha excursión en un sólo dia. Cerca del estany de Ratera hay un importante refugio con la bella estampa dels Encantats y el maravilloso lago a sus pies. En la otra vertiente, siempre descendiendo al valle colindante tenemos el incesante fluir de aigüestortes como compañero de viaje del cual emanan unas limpias veras por donde los rododendros y los edelweiss hacen acto de presencia. La subida fue más dura que la bajada, evidentemente debido a la orografía del terreno y por qué no decirlo, debido también al factor climatológico que nos traicióno durante ese segundo dia. Cuando llegué al pueblecito de Boí observé el aire románico que respiraban sus cuatro esquinas, con unas casas bastante rudimentarias y unas gentes que llevaban bastante bien aquello de vivir allí . Siempre claro está con la excepción de los afortunados que tienen una segunda residencia para pasar los estíos y que puedan alejarse del mundano ruido que se respira en plena ciudad cuando deseen. - Fueron momentos muy emotivos, sobretodo el contemplar la figura de aquella majestuosa montaña en pleno parque nacional con la bella pintura de origen románico como colofón final.
