viernes, mayo 07, 2010

Se sabrà tot; i pum.

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Pues bueno, este breve relato se trata realmente de una historia fictísia acontesida entre un grupo de abonados que se peleaban por la entrada para asistir a una presiosa final que susedió hase mucho tiempo. La emosión por recoger un tiquét que permitiera acceder al gran acontesimiento era sublime. Tots estàvem garrativats, todos allá emosionadicos, apelotonados a las puertas del campo monisipal del equipo de regional, el 'club deportivo trancàs', esigiendo pues, nuestra correspondiente entradica para el resinto depotivo. El partido en cuestión era desisivo para el campeonato, la competisión estaba al cojo vivo y se desidia en aquél último encuentro contra nuestros rivales del otro lado de la huerta.
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En la cola me encontré con un sospechoso e intrigante tipo mellado... con un prominente diente salido de arriba p´abajo, cual estalactita, un colmillo gigante que me estaba dando la vara de mala manera. Mentrestant la mala maror i el mal rotllo continuava a la cua en forma de chup-chup, allà a la taquilla del club que donava nom al nostre atimat poble. Això no hi havia dret! Era de ser inútiles, pues el endeviduo que me sugirió que le revendiera mi entrada me habia rogado que no se lo comunicara a nadie ninguno; la situasión era delicada, reñida y llena de tensión y no era nada aconsejable contar a nadie lo susedido con el pomblema de las entradas. Pretendia que un sosio como yo me quedara sin mi correspondiente abono.
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En taquilla no se disponia de más papel, las entradas habian aumentado a presio de oro, la reventa con los señores del maletin asustaba de lo lindo al más pintado; a medida que nos ibamos aproximando a la gran cita todo eran dimes y dir retes entre el pumblico asistente. Se ve que se habia montado un enorme chang chullo en las horas previas, trapicheos varios, entre la agensia de viajes y resto de organismos ofisiales; pues ya quiero que sepan que el asumto aquest a mí me importaba un putu pimientu. Jo ja tenia la meva entradeta pel partit i punto. Jo no podia ser més feliç amb el meu bonic i petitó tiquét d´accès a la gran final.
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A mi como que ya me daba igual todo. Era aquello que se dise estar por ensima del bien y del mal. Yo tan sólo lo que queria era ganar aquella jodida final contra el equipo del pueblo, pues porqué se trataba de jugarnos las gargofas: era un partido desisivo para el nuestro futuro como entidad. Todo lo demás, comparado con la gran finalisima del torneo, incluido el mismo agensio de viajes 'el Rucc', era poca cosa... tonteries, cabòries, res més. Créanme, estaba mal. I en quan el vaig trobar a la cua al fantasmot del meu veí jo li vaig dir, "pues mira, tú, escolta, dasgrasiat, malparit, et fots, no podrás entrar al nostra estadi guluriós, total, te has quedado descompuesto y sin entrada", apa. I ara, a pel Sevilla clum de fumbol, ¿bale?