martes, octubre 23, 2007

El esperpéntico y peripatético Ron Dennis

No sé qué serie de calificativos propondria para denominar a este triste caballero del mundo del automovilismo y en concreto de la Fórmula 1. Un personaje patético y ridículo, un abuelete de los malos, un espanto humano, un catastrófico gestor de crisis internas, en definitiva, un chusmero venido a menos que ha hecho lo peor que puede hacer alguien que trabaja para alguien: joderlo vivo. Este individuo ha sido el mejor aliado de los Ferrari por su manera de aunar esfuerzos. Si comparamos McLaren con el conjunto humano que ha sido el equipo de Todt veremos el por qué del desenlace final.

Y es que los británicos de McLaren han tenido al enemigo en casa, al vocero de la displicencia de los unos y del maniqueísmo de los otros. Un pobre hombre (que no un hombre pobre) que se arrodilló ante las súplicas de su director y resto de adláteres perjudicando por encima de todo a la escuderia que le paga tan buenos emolumentos, perjudicando al bicampeón del mundo F. Alonso, pero ojo, llevando de paso a su "huerto particular" a la joven promesa L. Hamilton.

Ciertamente estas guerras interinas no han beneficiado ni a los unos ni a los otros, los unos con problemas de equidad en el trato mecánico, los otros, con esa presión añadida desde los suyos para que fuera el "outsider" al triunfo final en este último tramo de la temporada. Ron Dennis desde luego hace honor a su nombre de pila porqué el borracho éste se debe jartar de ron desde que pone un pie en el suelo por la mañana hasta que pone el otro en la cama por la noche. Amen

Lo que no me explico como en una empresa supuestamente tan seria y de tanto prestigio se permite que estos personajes de poca monta puedan dirigirlo todo a su antojo y como puede sumir en el despropòsito y en la confusión a sus mismos pilotos y de paso arrastrar en el suicidio deportivo al resto de profesionales encabezado por mecánicos y probadores de la escuderia.

Si un servidor fuera ingeniero-diseñador de motores Mercedes, el próximo que fabricaria seria un auténtico motor de explosión pero con fuego real, vamos, que llevara dinamita en el interior de su carcasa: con tal de ver como le revienta al personaje en sus mismos morros ya me llevaria una ilusión. Cómo gente que se presupone tan profesional puede llevar de esta manera tan penosa a un primer espada como Alonso y a un joven aspirante y permitir que el gran Kimi (no le quitemos méritos al gran "iceman") se meta en la pomada y al final gane el campeonato.

Por incapaz y por incompetente dimita Sr. Denis y nos hará un favor a los buenos aficionados de la Fórmula 1, que en principio, como un servidor, somos imparciales ante el triunfo de cualquier piloto sea de la nacionalidad que sea.