martes, noviembre 06, 2007

La bonita historia de mi mula y yo.


- La historia de mi vida da mucha pena. Deberia haber nacido en abril en lugar de junio, incluso tan mala era mi reputación ya de antes de mi nacimiento, que la pobreta parturienta preguntó si habia nacido sólo o acompañado. La enfermera tenia un padrastro en un dedo del pie, poca cosa, un pellejito de nada pero que la despellejó de arriba a abajo, a pesar de ser una triste nodriza y de haber estado casada con un banquero. Peor imposible, murió por un vulgar colgante cutáneo. Cuando nací me pasearon por todo el hospital y al llegar a casa nos regalaron una mula. Yo queria mucho a esa mula. La colocamos en la entrada del piso y en homenaje a mi excelente persona le pusieron mi nombre. La pobre apestaba un coñazo y se pensaban que eran mis calzones, pero como en principio eramos pobres nadie hacia caso. La gente veia de donde venian las moscas y se imaginaban que era yo, hasta ahí habiamos llegado, que por culpa de una vulgar y sucia mula me tocaran tanto los cojones. Bastó tener nuestro primer y último gran desamor apenas pasados un par de meses de convivencia con el animal, para cometer el primero de los numerosos actos viles en los cuales he sido protagonista. Esta es la esencia de mi penosa existencia. Un dia tuve que elegir entre la mula o yo: hombre, eran amores distintos pero mis padres tenian que elegir. Así que les ahorré esa faena. Envenené a la jodida mula comprándole el ABC, bien, se envenenó a través de la vista pues era muy buena lectora: incluso la muy burra se compró unas lentes graduadas para poder dedicar a los libros un par de horitas al dia. Que era una gran estudiante lo poco que vivió nadie se lo podrá discutir. Esta era una gran familia, muy unida por cierto, a pesar que un dia el perejil nos dividió por culpa de una vecina que parió catorce hijos y que se encargó de embadurnarme el culo la muy desgraciada con pan rallado en lugar de povos de talco. Cuando le dije que habia nacido la muy cabrona me soltó así de primeras "que sea la última vez que naces solo..." Era imposible crecer bien de esta manera. Y así les he salido, con cuatro décadas sobre mis espaldas pero muy jodio, demasiado jodio para lo hermoso que soy. Emili.