sábado, octubre 20, 2007

La fábula de la moneda de cien y el euro.


Érase una vez un par de moneditas que iban cogiditas de la mano, oigan, entiéndanme ustedes, eran amigas pero tampoco intimaban demasiado. Una moneda era más protagonista que la otra pues llevaba mucho tiempo circulando de mano en mano mientras la más novata en estas lides acababa de llegar. Frecuentaban peluquerias diferentes y empleaban un tinte para cabellos que era rubio para una y gris platino para la otra. Desde que se conocieron por circunstancias de la vida (y del mercado) siempre solian salir juntitas a pasear hasta el dia en que ambas decidieron separarse,pues una debia desaparecer en el anonimato porqué las autoridades del pueblo habian empezado a echarle mal de ojo. Se trataba de la rubia. Mientrastanto la monedita de cabello gris debia proseguir su andadura en solitario. La gente chismosa de la villa le daba el mismo valor a una que a otra, cuando realmente todos sabemos empezando por el sr. alcalde, que la gris tenia un valor bastante superior a la rubia. Esto confundió a cierta parte del populacho que empezaba a equipararlas sin reparar por ejemplo en el precio de un billete de autobús lo cual provocó un caos terrible entre los vecinos: la señora de pelo gris valia mucho más que la señora de pelo rubio, cuando a simple vista de verlas pasear juntas durante cierto tiempo parecian iguales. Pero ya sabemos que las apariencias a veces pueden engañar y que en este caso al igual que en otros muchos, lo que parecia una cosa acabó siendo otra... y los que veian el lado positivo de la historia terminaron convenciéndose de la realidad final de esta fábula. Con el paso del tiempo la entrañable amiga de pelo gris traeria muchos más problemas a los bolsillos de la gente.