jueves, noviembre 01, 2007

Glorioso triunfo madridista en Mestalla.


Las cosas como son. Estos mesetarios juegan de fábula. Si es que voy a hacerlo. Estoy, primero, por sacarme el pasaporte con nacionalidad española (ah no, coño, esto ya no hace falta que todos somos europeos) y acto seguido el de la fe madridista. Juro por Dios y por los Santos Apóstoles aprenderme los himnos del Real Madrid, el oficial, el extra-oficial y el oficioso. Todos. Después de esto pienso fundar una peÑa madridista en mi población que hará las delicias de los Klingon que tenemos pululando por nuestras bonitas calles. Por supuesto, vuelvo a jurar por Dios y por la Virgen Santa que yo seré el socio fundador número uno. Qué bien juegan, qué delicia, qué bien que se la menean, qué maravilla, yo también lo hago al ritmo de ellos cual batucada. Fantasía de colores en blanco, como la pasan, como las tocan, del uno al otro hasta llegar al órgano femenino: la porteria. Si es que demasiado que nos miramos el ombligo los culés y lo que hay que hacer es dejarse de historias y hacerse del mejor equipo del siglo pasado y el que va camino de serlo en el corriente. En Mestalla no ha pasado el Katrina, ha pasado el ciclón Guttina. Por no hablar de Van Zamorano, ai no, Don Raúl González coño. Este. Ahora acabo de romper en cien mil pedazos el carnet del Barça y he dejado mis venas desangrar, pues no sabia no sabia lo que haciaaaa. Bien! Bien, bien, bien, bieeen, bieeeen!
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- Mañana comunicaré a mi secretaria que se ponga en contacto con el Madrid de Chister para que Don Ramón me haga socio a la sazón de su club, y en breve seré uno más en la familia del gran adalid blanco. Dios me bendiga primero a mi Real, después, a mi.