Que Fernando Alonso es un gran campeón, posiblemente el mejor piloto actual de la F1 soy el primero en reconocerlo como aficionado a este deporte. Todo un as del volante, ambicioso, un ganador que no se conforma con ser segundo, un auténtico caimán de los circuitos. Con dos mundiales a sus espaldas y a puertas de un tercero, este asturiano de oro ha convertido la afición por el motor de este pais en pura pasión. Seguro de sí mismo, con una gran autoestima y una brutal confianza en sus posibilidades por muy remotas que sean. Esa grandeza es la que precisamente le convierte al lado oscuro de la fuerza: la de una persona egocéntrica y megalomaníaca... con un desmesurado complejo de superioridad ante sus adversarios, siendo el mejor como es deberia dar ejemplo precisamente y no ser tan creido. Un dia puede tener sus problemas y la gente que tanto confiaba en él dejará de prestarle su apoyo.
Ciertamente detrás de ese personaje tan excepcional en su profesión se esconde una difícil personalidad, con sus injustificadas paranoias, su exceso de soberbia (en forma de orgullo maldigerido), prepotencia y falta de compañerismo. Es cierto que su actual equipo poco le ayuda pero eso no excusa su forma de ser fuera de los boxes. Es una persona difícil que se busca enemigos donde no los hay, no es de buen perder, tiene muchas lagunas en forma de desplantes ante quien no es de su "gremio de periodistas-pelotas" y su comportamiento dista más de un profesional de élite que de un chiquillo mimado, consentido y bastante repelente cuando quiere que es muy a menudo. Emili.
