miércoles, mayo 12, 2010

reflexiones irreflexivas

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El meu cesc a pèl guluriós pensava que no es ressentiria pas después d´una temporada tan i tan llarga; pues mirin bustés, a mi me se fa inacabable i la veritat, pues com aquell qui diu, ja no em vindrien pas malament unes vacancetes de hastío, pues més que res per a recuperar forces, cosa que veritablement necesito como buen sosio que me considero; més que res per tornar a griñolar amb intensitat de la bona de cara al futur. Cuando quise darme cuenta caí en los brasos del jodío Morfeo, que tuvo bien a desirme asin a la cara "escolta, tio, una miqueta, ¿per què pateixes de lo lindo i a la vegada disfrutes tant amb el teu barsalone guluriós? la veritat, no t´entenc. Només és un clum de fumbol i seccions, tampoc és la moreneta sagrada, home!" jo li vaig dir, "pues te fots si no ho entens, ¿bale?". Miré usté, yo soy asin de nasimiento, qué le vamos a haser, es lo que ay.
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Es la desfortuna o divina gràsia, se mire según cómo, que cargo a cuestas como buen sufridor que soy. Esta bendita bipolaridat, orgulloso de la cual me siento, es algo sercano a lo místico. A ver, no es que sufra por sufrir ni mucho menos, pero miren, la intento de llevar ensima como bien puedo. Estas reflexiones a véses nasen desde la rasionalidat más amsoluta, las otras, desde un evidente caos emosional. Cuando acudo a mi estadio favorito, dirijo mis pensamiento íntimos hasia el presente pero también hasia el futuro más prósimo, más inmediato. Puede que viva en varios mundos y en varias epócas a la vés, en espesial en las grandes ocaziones, en esos partidos donde nos jugamos muy mucho. Entonses me desdoblo como una vulgar ficha del dominó, així com el pitu doble: ai, carai, valga´m déu senyor, les guste o no, el show montado en la catifa debe seguir.
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Los acontesimientos y el devenir de los mismos, está claro que varian nuestro estado de ánimo, como no podia ser de otra manera, condisionan nuestras fuersas interinas, pero tampoco me debo amedrentar en demasía pues no es cuestión de amilanarse en exceso, sobre todo cuando las sircunstansias se tornan como quien dise, más y más dificultosas. Empieso a querer ganar más con el corasón que con la cabésa como le susede a un vulgar afisionado, o que a los mismos jugadores, auténtics purutagunistes d´aquest petit circ. Esto sí que es un auténtico sirculo catódico que desde bien pequeño me inculcaron por montera. Però això sí, que consti, les cames no em pesen per res d´aquest món. Jo segueixo a lo meu, a seguir jugant com puc, tirant del carro, intentant guanyar el putu partit dels cullons d´un coi de vegada, un partit que hem de desencallar com sigui. Sóc un somiador a l´engròs, i és que per això sóc un gran culer. Que consti.
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Cuando acaba el espectaculo triomfant (o no), salgo del estadio xino-xano, saludo a los que yo me conosco (si les veo), más alegre o más triste, todo dependiendo de la situasión dada sobre el terreno de juego, pero això sí, con la sana intensión de tirar palante como bien pueda; y en esas estamos. Son los guajes del barselonismo, momentos en que debemos aseptar los delicados momentos de una situasión, la realidat que pueda darse en el jodido azar fumbolero; i per supost animar de lo lindo, no desfalleser mai de la vida, ser persistente, tenás y ser fuertes de espirítu. Si hoy no se gana pues ya se ganará mañana ¿si u no? La vida sigue igual, y ganaremos tanto hoy como mañana. Si ganamos el domingo, si dios quiere, me se volverá a calentar la chichi de mala manera, ¿saben? i tan.
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Schhhh, oigan, entre ustedes y un humilde servidor, yo esa ascarossa copa no la hubiera llevado a cal pudrit, yo me la hubiera amagado bajo el sobaco y me la habiera quedado. Hubiera cojido la orelluda y la habiera metido en las catapumbas del nostre presiós maussoleu, nuñes-navarro i estruc. Pa esconderla de las miradas curiosas, mejor plantaria un maravilloso i apostoflant huerto de lindas amapollas rojas alrededor de dicho trofeo, en una sanja o brecha, yo no la hubiera llevao a madrit y menos, entregársela en mano al señor Fiorentimo ese. Los aires de gandessa de esos merengues me traen de culo, me resultan nefastos e indeseables. Son unos facinerosos y unos desaprensivos de cuidado, esos de la meseta sentral. Yo, inosente de mí, la verdat, menos mal que entre el equipo de fumbol, el de los de la pelota gorda del rocky rubio y compañía...amén de otras cosas, pues ya soy de muy felís.