domingo, octubre 21, 2007

Venció el espíritu de equipo. Felicità Ferrari !!!


- Mal acaba lo que mal empieza. Y esta historia no empezó mal, empezó peor. Fernando Alonso, todo un campeonísimo, se equivocó en salir de Renault cuando en esa escuderia lo tenia todo a favor... compañeros, mecánicos y al boss Briatore. A todos. Por un puñado de dólares erró el tiro al fichar por Mercedes Mclaren, un equipo que ha demostrado desunión, incapacidad desde toda la dirección y falta de visión global de la situación. Ron Denis es un incompetente de cuidado que bautizó a un chavalín de nombre Louis, de apellido Hamilton, un novel, un aspirante pero no un campeón del mundo como el asturiano que acababa de aterrizar.
En principio el outsider era F. Alonso pero los capos del equipo a medida que transcurria el campeonato no se aclaraban con cual de los dos pilotos debian ir, a quien debian de apoyar humana y mecánicamente, en definitiva, quien seria "el pal de paller" de la escuderia inglesa. Uno por el otro la casa sin barrer, nulos gestionando las crisis, con sucesivas batallitas de orden interno que salian continuamente a la luz pública, con lloriqueos del buen piloto asturiano (a veces justificados) e ingenuidades del británico, propias de quien lleva poca experiencia a sus espaldas. Todo ello se barajaba dentro de un caos absoluto más cercano al de una banda de matados que al de un equipo profesional de tan alto nivel competitivo.
Dirigidos desde la desidia, la desvergüenza y un patetismo de lo más ridículo no podian llegar más lejos de lo que han llegado. La desunión ha sido total y lo han pagado como merecian.
En Ferrari en cambio si que han sabido a quien apoyar. Llevados desde arriba con un excelente espíritu corporativo, de gran compañerismo y unidad: desde la cúpula directiva con el director Jean Todt a la cabeza hasta el manager del equipo y la colaboración entre sus pilotos. Ojo, no olvidemos que conviven un frío y excelente conductor finés llamado Kimi Raikonnen con otro piloto de un temperamento caliente y excesivamente alocado como el del brasileño Felipe Massa.
En definitiva ganó la unidad y el espíritu de equipo y en esto los italianos son para sacarse el sombrero. Si señores, hay que decirlo así, han tenido las ideas más claras y han sido los justos vencedores del mundial por lo menos el de pilotos. Respecto el de constructores ya no tengo tan claro el asunto pero se demostró que en la Fórmula 1 también el juego de conjunto da mejores resultados que el individualismo de Denis y sus muchachos o que el divismo de sus directivos...
Emili.