Dicen los expertos en la materia que nuestro planeta es una esfera achatada por los polos. Yo no sé si creérmelo porqué verlo no lo he visto, para ello deberia subir un centenar de kilómetros y eso por ahora no tengo previsto hacerlo. Cabe considerar no obstante la posibilidad de caminar, coger una estaca y plantar una en Barcelona y otra en Madrid. Con la precisión de un reloj de sol ambas estacas proyectarian una sombra diferente según la ciudad. Pongamos por caso que en nuestra ciudad la sombra en pleno mediodia seria unos pocos grados más corta que en la capital, puesto que estamos al este de la misma y no olvidemos jamás por donde sale el sol. Esta seria la primera irrefutable prueba de la curvatura del terreno que pisamos. Otra prueba la tenemos al observar el mar en su horizonte provistos de un buen catalejo, el cómo al alejarse un barco se va paulatinamente "hundiéndo" en el fluido hasta que desaparece. No cabe duda que aqui algo pasa, pues en caso contrario caeria por la borda tal como pensaban los nativos de las zonas costeras en tiempos pretéritos. Por tanto cada vez que viajemos a la capital, aparte del peaje que tengamos que tributar en los diferentes centros recaudatorios de la autopista, también vayamos provistos de unos buenos prismáticos que a la par de servirnos como referencia del punto en donde nos encontramos, nos seran muy útiles para ver la diferencia de déficit fiscal que hay entre las dos ciudades principales de la península Ibérica. Hasta el mismo Eratóstenes se haria cruces al ver como en tan pocos kilómetros de curvatura terrestre, la curvatura económica es tan aplastante.